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El clima es
un factor de gran influencia en el sector agropecuario de cualquier país. Especialmente esto se evidencia en
nuestro territorio que se encuentra azotado por los fenómenos climáticos del niño
y la niña, conocidos como oscilaciones del sur, en donde el niño se caracteriza
por ser una onda de calor y la niña en contrapartida, una onda helada. Cuyas
repercusiones han ido aumentando a través del tiempo y se han vuelto un
problema grave para la producción agrícola del país.
Estos
fenómenos, han sido fuente de grandes pérdidas de producción para el sector
agrícola del país a través de los años, ya que afecta claramente al sector de
mercado en Bogotá, pues el suministrar alimentos a las centrales
comercializadoras como Corabastos, se ha convertido en un tema muy costoso. No
obstante, las medidas de respuesta por parte del estado se encuentran muy
sesgadas por la falta de acciones pertinentes para contrarrestar las
repercusiones de estas condiciones climáticas. Uno de los factores
desencadenantes de las perdidas es la superproducción del campo a destiempo, ya
que las altas temperaturas generan estados de infertilidad en la tierra, y
además se generan incendios que sin tener en cuenta estos fenómenos, no ponen
atención a las medidas de contención de riesgo de cada gobernación, en las cuales
se encuentran pautas, como la regulación del agua y la revisión de reservorios
de este elemento vital. Además, existen métodos para la regulación de siembras
por periodos o estaciones, según conocimientos ancestrales de los pueblos
indígenas del país, que no son tenidos en cuenta por el gobierno... Es
importante destacar, que esto podría contribuir también, a mitigar los altos
costos de las importaciones de productos externos, como los insumos químicos
para las cosechas, que además de producir alta toxicidad en las mismas, mata
los campos y puede incluso dejar estériles.
Impero, las
subidas de las importaciones a causas del desabasto alimenticio de la ciudad de
Bogotá causan fluctuaciones económicas fuertes por lo cual, deben gestionarse
mejor las acciones de respuesta para los fenómenos naturales en los sectores de
producción agropecuaria que tiene n
directa relación con el suministro de mercado y vivieres.
Este es un impacto que repercute de manera fuerte
en la clase obrera de la ciudad, puesto que, la falta de producción
alimentaria, afecta directamente las formas del trabajo, por ejemplo, del señor
que sale día a día con su carrito de aguacates, hasta los tenderos locales
quienes traen productos en mal estado (como los limones), debido a la falta de
condiciones (como agua y nutrientes), para la producción adecuada de los
alimentos. Por este motivo la cosecha es demasiado improductiva y solo
representa pérdidas, pues los consumidores dejan de lado la adquisición de productos
ricos en nutrientes por su ardua cosecha, primando los económicos.
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