Fuente: William Steven Hernández Díaz |
En lo corrido de la semana se ha evidenciado una
fuerte actividad mercantil, en lo que respecta de los mercados y víveres de
Bogotá por parte de las centrales mayoristas de abastecimiento; respondiendo de
esta manera a la demanda alimenticia de los capitalinos, que ha sufrido una
serie de alteraciones por los fenómenos económicos que genera la bolsa
Norteamericana.
En este ultimo mes, el dólar a oscilado de tal
manera que los productos básicos de la canasta familiar y sus mercaderes han
sufrido una serie de impactos, lo que genera encarecimiento en los productos
que dicen ser importados al país. Sin embargo esto ha generado ciertos
comportamientos de respuesta y adaptación en los consumidores, intervenidos por
instituciones del estado como lo es la IPES, que infunde sentimiento de
propiedad hacia los productos de origen nacional (banano, manzana criolla,
entre otros) teniendo en cuenta que estos mercados y víveres se presentan de
una manera mas amable para el bolsillo de los capitalinos.
Gracias a estos proyectos de consumo nacional, las
grandes plazas de mercado como Corabastos están realizando foros de negociación
que forjan la actividad en producción de los pequeños agricultores, con el
propósito de generar una mejor economía para estos y reconocimiento nacional e
internacional de sus productos.
No obstante el tema social es de gran importancia
para los productores de mercado y víveres, quienes se han sensibilizado con la
actual situación en la frontera Colombia-Venezuela (Cúcuta), donde se hallan miles
de colombianos deportados; quienes se encuentran en estado de hacinamiento en
la ciudad fronteriza, presentando necesidades básicas de saneamiento y
alimentación, motivo por el cual, abastos han destinado mas de 14 toneladas de alimentos
para la mitigación de estas necesidades del pueblo colombiano en apuros.
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